Han pasado más de 4 mil años desde que los chinos inventaron un curioso artilugio al que llamaron Kouen-gen, que significa ‘hacer silbar el tronco hueco de bambú’. Fue aquel el primer diábolo de la historia y la semilla de horas y horas de hipnotismo y diversión en todo el planeta. Algunas de ellas le han dedicado Gorka e Imanol, malabaristas de la compañía Zirkozaurre y auténticos fans de esta disciplina. Tanto les apasiona… que ya preparan un nuevo espectáculo con diábolos con el que nos esperan sorprender.
‘Ardatzak’ (‘Ejes’, en castellano) es el nombre provisional con el que hemos bautizado a la nueva propuesta, que, al igual que nuestras dos anteriores producciones, estará dirigida por el madrileño Jorge Silvestre ‘Silver’. Con él al frente, el equipo acumula ya varias semanas de investigación tanto en nuestro espacio de Zirkozaurre como en Harrobia, referente del sector escénico profesional vasco. Son los primeros pasos de un show que esperamos estrenar a mediados de 2024.
Queda mucho por definir, pero en ‘Ardatzak’ continuaremos sincronizando y coreografiando nuestros números, como ya hicimos con ‘Kobr3’. Queremos un espectáculo muy visual. Sutil, cuidado y elegante. Una obra con un alto nivel artístico y técnico, en la que volverá a ser evidente nuestro interés por estar en movimiento.
“Estamos reflexionando sobre nuestra necesidad de girar, de movernos, sobre la relación entre estar en movimiento y estar estables”, afirmaba ‘Silver’ en su último paso por Harrobia. Nos interesa también “hablar sobre el concepto de libertad, sobre qué es ser libre y cómo se es más libre”, añadía.
Y en esas estamos. Pensando en giros y relaciones. Analizando, dando forma. Tirando de la cuerda -nunca mejor dicho- sin más límites que el de nuestra creatividad. Inspirándonos en las “mágicas” capacidades de una vieja rueca para hilar fibras. Convirtiendo a un andamio en el metafórico epicentro de una escenografía que queremos suba hacia arriba.
Porque un andamio puede ser una gran montaña… pero también una jaula de la que no podemos escapar. Porque todo es interpretable y cambiante. Ya lo dice la canción: gira el mundo, gira. Y pase lo que pase, nosotros seguiremos bailando. En este caso diábolos.